Murmullo incesante

El lenguaje es quien habla, ese murmullo incesante que nos atraviesa y hace gestos, destellos en la oscuridad

jueves, 27 de septiembre de 2012

Andy Warhol - El ser es superficie


Más que un artista superficial, con las connotaciones peyorativas que tal calificativo implica, Warhol es un artista de las superficies que, en lugar de presentar los objetos como símbolos que remiten a un trasfondo de profundidad capaz de dotarles de sentido, como portadores de un significado trascendente, que no reside en ellos mismos, los presenta, melancólicamente quizás, en su visibilidad pura, en un espacio superficial que no se toma como el índice de otro espacio de profundidad. La mirada se ciñe a lo visible, no imagina espacio, no se crea ilusión de profundidad. Superficie puede querer decir falta de profundidad, pero también profundidad puede querer decir falta de superficie. Solo desde una visión metafísica que escinde el ser en apariencias y esencias, y valora estas últimas como la verdad de aquellas, el término superficial se convierte en moralmente condenable. Lo esencial es invisible a los ojos, y por eso no puede aparecer, no se revela, no llega jamás a ser.

Los objetos en la obra de Warhol son banales y están desprovistos del aura que acompaña a lo irrepetible, único, singular, porque, de hecho, el modo de producción capitalista de objetos los produce en serie. Warhol parece limitarse a describir, a presentar, los objetos-mercancía, tal como circulan: series de objetos, que se repiten, desprovistos de su valor de uso. Imágenes que remiten solamente a sí mismas. Jose Luis Brea cifraba la melancolía que, sin duda, impregna las obras de Warhol, en esta reducción del ser a pura apariencia. Un modo específicamente contemporáneo de melancolía que se diferencia de, por ejemplo, la que se da en las obras de De Chirico, en las que aún había una gran carga de profundidad metafísica funcionando como sustrato de sus figuras melancólicas. Warhol ejemplifica el paso decisivo sin el cual no puede entenderse el arte contemporáneo: de un arte de las profundidades se pasa a un arte de las superficies, de un arte de símbolos a un arte de imágenes.

Da la impresión de que la pretensión artística de Warhol fuese la ausencia de toda pretensión, de limitarse a registrar, como el ojo de una cámara, sin juzgar, sin valorar, sin añadir nada, la inmediatez de lo real, consignándolo en imágenes que no ofrecen un consolador suplemento de sentido. Pero en esta inmediatez es lo real mismo lo que parece ausentarse. Lejos de comparecer lo real, en las imágenes descontextualizadas comparece el mundo abstracto de la mercancía, cuyo único sentido es la acumulación. De ahí el coleccionismo de Warhol, coleccionismo de objetos que no estaban destinados al uso. Tal vez sea este uno de los motivos de la melancolía contemporánea. En el mundo autónomo de los objetos-mercancía el ser humano ni siquiera aparece como una mónada romántica. Si parece, aparece como una mercancía más*.

*Tal vez haga una lectura excesivamente marxista. En cualquier caso, no creo que sea la única lectura posible y, por lo tanto, estoy abierto a otro tipo de lecturas

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