Murmullo incesante

El lenguaje es quien habla, ese murmullo incesante que nos atraviesa y hace gestos, destellos en la oscuridad

lunes, 15 de octubre de 2012

Gilles Deleuze - La inmanencia: una vida...

Aquí. Probablemente uno de los textos más hermosos de Deleuze, su testamento filosófico y vital, en el que late cierto impulso místico que no renuncia al rigor del concepto. Un pensamiento activo, afirmativo, potente, singular, creativo, además de profundamente sistemático y coherente. Hay una suerte de descaro ingenuo y salvaje en la manera en que Deleuze hace filosofía. Lejos de ese sistema de terror instaurado por los dialécticos para quienes pensar es pensar contra alguien, el pensamiento de Deleuze busca afirmar su diferencia, y si otros pensamientos resultan negados, resultan negados solo como efecto. La negación en ningún caso funciona como principio. Lo Uno nunca aparece como instancia trascendente, por encima de lo múltiple. Se trata siempre de multiplicidades, de composiciones variables sobre un plano de inmanencia, que no es inmanente a algo. No hay identidades previamente constituidas, sino un movimiento infinito de autoconstitución. No hay una realidad externa totalizable en una unidad, que no sería sino una pura abstracción, sino un proceso no dialéctico de producción de diferencias en el que se establecen relaciones y composiciones, organizaciones del caos.

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