Murmullo incesante

El lenguaje es quien habla, ese murmullo incesante que nos atraviesa y hace gestos, destellos en la oscuridad

lunes, 8 de octubre de 2012

La cosa misma (tò prâgma autó)

En contra de la usual interpretación de las ideas platónicas como entidades ideales se manifiesta también Agamben en este artículo. Dicha interpretación pertenece al ámbito de lo que Se dice, pero hay razones de sobra para cuestionarla. Sobre todo porque pasa por alto la diferencia ontológica: lo que se dice de los entes no puede ser, a su vez, un ente, ni siquiera un ente ideal. De ahí, además, que el ser, en Heidegger, no sea tematizable, ni lo sea el eîdos, en Platón. Quienes tratan de identificar al Ser con Dios no saben lo que hacen. José Pablo Feinman decía que puedes llamarle Dios al Ser de Heidegger. Pues no, no puedes. Hacer esto sería hablar del Ser como de un ente identificado. Básicamente, cargarse toda la filosofía de Heidegger. No creo que haga falta ser heideggeriano (si es que ser heideggeriano no es, de por sí, absurdo) para comprender algo tan esencial.

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