Murmullo incesante

El lenguaje es quien habla, ese murmullo incesante que nos atraviesa y hace gestos, destellos en la oscuridad

martes, 2 de octubre de 2012

Más allá del ser (III)

Llegados a este punto vislumbramos esta frontera que divide el ser de aquello que trasciende el ser y de lo cual, según parece, nada podemos decir, o al menos nada que tenga sentido. Siguiendo a Trías, diremos que hay dos formas de concebir este límite: como espejo o como un gran vidrio, el gran vidrio de Duchamp. Si este límite es como un espejo, si lo lógico-trascendental es espejo de lo que se muestra, entonces detrás del espejo no hay nada, solo el reverso negro que permite al espejo ser espejo: solo hay una cara. Pero este límite puede también ser pensado como una lámina de vidrio, límite en tanto que límite, con dos caras, anverso y reverso, que son lo mismo en su puro distinguirse; espacio-luz, pura transparencia.


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